El encaje de bolillos gallego, especialmente el tradicional de Camariñas y de la Costa da Morte, es una artesanía con siglos de historia, transmitida de generación en generación. Aunque a primera vista pueda parecer complejo, cualquier persona puede aprenderlo con paciencia, práctica y los materiales adecuados. A continuación, te contamos qué necesitas para iniciarte en este arte tan nuestro.

1. Los materiales básicos
Para empezar, solo necesitas un pequeño conjunto de herramientas:
– Almohada (mundillo)
Es la base donde se sujeta el patrón. Debe ser firme, estable y de tamaño suficiente según el tipo de encaje. En Galicia se usa mucho la almohada cilíndrica o ligeramente ovalada.
– Bolillos
Son las piezas de madera que se manejan con las manos para ir cruzando el hilo. Para comenzar, basta con unos 20–30 pares, dependiendo del diseño.
– Hilos
El encaje gallego suele trabajarse con hilos de algodón o lino. Para principiantes se recomiendan hilos de grosor medio, porque permiten ver mejor los cruces y tensiones.
– Picado (patrón)
Es el dibujo perforado que marca el camino que seguirá el encaje. Los primeros picados suelen ser sencillos: puntillas, abanicos pequeños o muestras de puntos básicos.
– Alfileres
Son esenciales para fijar el hilo al picado y mantener la forma mientras se trabaja. Deben ser finos y resistentes.
2. Aprender los puntos básicos
Antes de enfrentarse a un encaje grande, es importante dominar los puntos fundamentales:
- Cruce y vuelta, la base del movimiento de los bolillos.
- Punto de lienzo, uno de los más usados en el encaje gallego.
- Punto entero, fuerte y compacto.
- Trenzas y torzales, que añaden estructura y movimiento.
- Arañas, un elemento decorativo muy característico de Camariñas.
Con estos puntos ya puedes comenzar a crear pequeñas piezas funcionales.
3. Un buen sitio para aprender
Aunque se puede empezar en casa, el encaje se aprende mejor en compañía. En Galicia existen:
- Escuelas de encaje, especialmente en Camariñas, Muxía, Vimianzo o A Coruña.
- Asociaciones de palilleiras, donde se comparte experiencia y se aprenden técnicas nuevas.
- Cursos online y tutoriales, ideales para quienes no pueden desplazarse.
El aprendizaje presencial tiene un valor especial, ya que permite observar cada movimiento, corregir tensiones y entender mejor el ritmo de trabajo.
4. Paciencia, constancia… y mucha ilusión
El encaje es un arte pausado: requiere calma, precisión y repetición. No hace falta empezar con grandes proyectos; un simple marcador, una puntilla o una pequeña flor pueden ser ejercicios perfectos para avanzar. Cada nueva pieza ayuda a mejorar la tensión, la destreza y la seguridad en los cruces.
Con el tiempo, el sonido de los bolillos se vuelve familiar y casi terapéutico.
5. Conectar con la tradición gallega
Aprender encaje de bolillos no es solo adquirir una técnica: es mantener viva una tradición que forma parte de la identidad gallega. Cada encajera deja en sus hilos un pedazo de historia, de paisaje costero, de paciencia y de arte.
Conclusión
Para aprender encaje de bolillos gallego solo hacen falta los materiales básicos, un patrón adecuado, un buen guía o escuela, y sobre todo ganas de descubrir un arte que ha acompañado a Galicia durante generaciones. Con práctica y dedicación, cualquiera puede convertirse en encajera y crear piezas únicas llenas de tradición y belleza.
¡Suscríbete para recibir noticias sobre cursos, clases y exhibiciones de encaje de bolillos!
